Recomendaciones para estimular el desarrollo del lenguaje

Recomendaciones para estimular el desarrollo del lenguaje

Conoce algunas recomendaciones para estimular el desarrollo del lenguaje de los hijos desde los primeros meses de nacidos.

Recomendaciones para estimular el desarrollo del lenguaje

Primeros meses

  • El lenguaje está ligado con el tacto. De ahí la importancia de proporcionarle contacto físico con masajes suaves. A medida que se le da el masaje, es clave hablarles de manera cariñosa.
  • Cada vez que le hablemos, mirarlo de frente y ofrecerle diferentes gestos con el rostro (de alegría, de sorpresa, enojo) y explicarle el significado.
  • Ubicar al niño de frente para que observe cómo le cantamos en diferentes tonalidades.
  • Hacer sonar objetos, como sonajeros e instrumentos musicales, para que el busque de dónde proviene el sonido.
  • Ubicar una mano del bebé en nuestra garganta, para que el perciba la vibración cuando hablamos.
  • Anticipar todo lo que van a realizar, por ejemplo, “vamos a salir al parque y a jugar con la pelota, luego vamos a visitar a tu tía”
  • Pasearlo por la vivienda para buscar o hacer diversos sonidos, por ejemplo, el golpeteo de dos cucharas, arrugar una hoja de papel, abrir la llave del agua y explicarle cada uno de los sonidos.
  • Mostrarle diferentes láminas, dibujos para explicarle extensivamente sobre la imagen.
  • Meter muchos juguetes y objetos en una caja. Nombrarlos para que él los saque uno por uno.
  • Pedirle que señale las partes del cuerpo en él y en otra persona.
  • Hacerle sonidos con diferentes instrumentos musicales como maracas, flauta, pandereta y tambor. Explicarle qué son y cuáles son sus características. Luego darle órdenes sobre los instrumentos como alcanzar, hacer sonar o escuchar (“¿Qué instrumento está sonando?
  • Mostrarle fotografías de la familia, para describirle los sitios y las personas. Luego preguntarle sobre esto, para que él señale.
  • Mostrarle dos objetos y luego taparlos con un pañuelo. Pedirle que ubique uno de ellos. Con el tiempo aumentar el número de objetos.
    Hablarles mucho, leerles cuentos, describirle todo lo que existe en su entorno, como los olores, los sabores de lo que come, los objetos, las personas.
  • Explicarle los sentimientos de las personas, por ejemplo, si observan a una persona reír, comentarle que esa persona está alegre.

Hacia el año

Para potenciarlos, es importante mediar con él, hablarle con una buena estructuración lingüística, escucharlo, ofrecerle una gran estimulación con actividades como:

  • Ubicar sobre una mesa una serie de objetos. Pedirle al niño que los señale y los alcance; darle instrucciones sobre ellos (“pon la pelota dentro de la caja”).
  • Es muy importante que el niño desde ese momento tenga una estimulación profunda a nivel de seguimiento de instrucciones; esto es clave para generar una adecuada atención (dispositivo básico para el aprendizaje). Al salir de paseo, hablarle claramente sobre todo lo que observamos, con el mayor detalle posible; no quedarnos solo en la nominación de los objetos. Es decir evitar un diálogo como: “mira el árbol”.
  • Para trabajar la memoria y las secuencias, decirle al niño qué vamos a hacer en un día determinado, con todo el detalle posible y el orden en que se van a hacer.
  • Mostrarle una serie de láminas, unas 10, en la que cada una tenga el dibujo de un objeto. Decirle que las va a observar. Luego se voltean, para que el niño ubique las imágenes indicadas.
  • Leerle cuentos que sean del agrado del niño, explicarle sobre diferentes temáticas. A ellos le encanta, por ejemplo, temas sobre la naturaleza y los animales.
  • Leerle poesía infantil.
  • Proporcionarle cantos y canciones sencillas, para que niño pueda aprender.
  • Mostrarle una secuencia de láminas, por lo menos 3, para que él organice la secuencia: El niño se quita la ropa, entra al baño y se seca.
    Facilitarle la socialización con otros niños.
  • Formularle muchas preguntas abiertas, para que pueda responder varias cosas, por ejemplo, “¿Qué te gustaría que hiciéramos hoy?”
  • La hora de ir a dormir debe ser muy tranquila y relajada, pues en ese momento su cerebro procesa todo lo aprendido en el día.

Hacia los 3 años

  • Proporcionarle lecturas variadas y de profundidad, como el universo, culturas de otros países, animales extraños, deportes, etc.
  • Proporcionarle visitas a museos, centros de tecnología y ciencia.
  • Ofrecerle materiales para que construyan cuentos, narraciones y objetos.
  • Permitir que siempre tengan un cuento de cabecera y que armen su propia biblioteca con los libros que les interese.
  • Frente a cada pregunta formulada por el niño, responderle con profundidad y con una actitud positiva y demostrarle que nos sentimos gustosos por el interés que manifiesta.
  • Nombrarle una serie de palabras (ejemplo: luna, árbol, montaña) para que las memorice e ir aumentando la lista.

Martha Lucina Hernández,
creadora de Pedagogía Sana.

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