Rebeldía y libertad

Rebeldía y libertad

(Visión escrita por un adolescente, cercano al proceso de Pedagogía Sana)

A lo mejor, los niños y los jóvenes no son tan libres como quieren ser. Ellos aspiran a esos espacios sin reglas y, sinceramente, es una realidad que los padres tienen que afrontar independientemente de que no sea de su gusto.

Antes la sociedad estaba acostumbrada a una metodología rígida, al tiempo que no cruzaba mirada con la libertad, a no responder la palabra del padre, pues aquella no se contradecía. Esto, lógicamente, con el paso del tiempo se transformó. Si lo quieres ver, se transformó en una “sumisión” del padre al dejar a su hijo hacer lo que quiera o simplemente se afianzó más esto de "no dejar ser a los hijos como quieren ser". De ahí viene el afán de los jóvenes por ver a sus padres despertar al siglo 21.

Ciertos adolescentes tienen a sus padres “en la mira”. Dicen que son lo peor y que no los entienden, pues se autodenominan mentes libres, queriendo explorar desde lo poco y desconocido hasta lo que realmente en la vida pensaron que no existiría. ¿Piensas que eso está bien? Bueno, está bien si aquello que quieres y anhelas no es solo presión para el corazón, es decir, nada que pueda quebrar tu salud mental o física. Si lo que querías encontrar con tu “espíritu libre” no era más que un infierno bastante caluroso aparentemente sin orden, es ese el momento en el que deberías cuestionar tu libertad.

Visualizando este ambiente y estos enigmas desde la mente de un padre, él a lo mejor pensaría: “¿Qué es y que no es libertad?” Pensaría, pues, que sus hijos son rebeldes por una causa: a lo mejor no los dejan ser como quieren ser, sus visiones, anhelos, sueños, aspiraciones se ven nubladas y opacadas por la mentalidad que su padre o su madre tiene. Es importante aclarar que la mentalidad de los padres influye en la rebeldía de sus hijos; por eso, en la etapa de la juventud este deseo por descubrirse y descubrir la vida que no le ha abierto las puertas aún, se intensifica por lo que un “no” es suficiente para desatar a gritos ese interior que se torna rebelde.

Los padres siempre serán, de cierta forma, los mayores educadores de sus hijos, pues la cultura, los valores, la conformación de estos se verá afianzada por lo que cultiven en ellos desde que son niños. Por eso, si al crecer tu hijo se torna rebelde, eso se deberá en su mayor parte a lo que has conformado en él. Todos los niños tienen su etapa de rebeldía y eso es completamente natural, pero si en ciertos casos se te sale de las manos ya sabes a quien decirle lo que no hizo bien durante su desarrollo.

La libertad y el libertinaje son dos conceptos muy distintos que los jóvenes ven de la misma forma. ¿Por qué estoy hablando tanto de libertad? Simplemente porque la rebeldía se da con un fin y es por medio de esos actos y comportamientos, alcanzar dicho concepto. La libertad es un acto puro de expresión del ser, es un acto en el que sabes y comprendes los derredores de la sociedad, pero aun así exaltas esa personalidad que has ocultado durante todo este tiempo. Alcanzar la libertad es alcanzar tu pensar, es alcanzar la verdadera vida y eso es grandioso porque, después de todo, el tiempo en el que no te sentiste así has logrado la plenitud. En lo opuesto se encuentra el libertinaje que es el afán por hacer de tu vida una línea de tiempo sin reglas, sin oposición, sin esfuerzo, tan solo vivir como piensas que sería la vida perfecta, careciendo por completo del sentido de comunidad, es decir, pensando que no importa nadie, hiriendo a la gente y sus pensamientos con tal de satisfacer el de uno mismo.

Ahora con esto, ya puedes pensar: si comprendo los dos conceptos, si comprendo la educación que le he dado, si entiendo la sociedad y el avance de esta, ¿por qué mi hijo es rebelde? Tan solo analiza y verás que estamos verdaderamente perdidos al pensar que tan solo es un complejo de la edad.

Martha Lucina Hernández,
creadora de Pedagogía Sana

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¿Por qué mi hijo es rebelde?